O sobre la mujer, o sobre el desarrollo...

Como fuente para este artículo recurrí al capitulo “Réquiem para la mujer” de mi libro “Código del Vino” (Iglesia de 13 gotas). Es muy difícil hablar sobre el desarrollo de la mujer en el mundo actual, cuando no se entiende la palabra “desarrollo”, no se entiende la naturaleza de la mujer, no se entiende la naturaleza del hombre. No tiene ningún sentido hablar sobre el desarrollo sin entender su naturaleza, sin entender su fisiología (el cuerpo), su energía y su mentalidad. Como alguien que tiene experiencia de muchos años sobre el desarrollo de las mujeres, quiero mostrar un pequeño retrato sobre este tema sin fin. El resto lo dejo para ustedes y espero poder dar respuestas sobre sus preguntas, las voy a esperar.

La mujer que pierde su totalidad, su naturaleza dada, se convierte en un fragmento, ella necesita poner mucho esfuerzo para poder vivir los diferentes episodios de su vida. Y si puede manifestar su calidad en esos episodios, esa calidad, disculpen, sería superficial y lineal. La linealidad saca a la mujer de la primavera. La vida que no tiene volumen no puede tener la totalidad. ¡Se puede alimentarse de ella, pero no se puede beberla y comerla!

La mujer es como el vino. Ha nacida para ser tomada. La mujer es la manifestación de la naturaleza y con eso está todo dicho. Si vive según las leyes de la naturaleza se parecerá al vino. Si vive según leyes que no corresponden a su propia naturaleza, entonces seguirá un mandato de algo. El problema es que la ley de la teoría de la probabilidad no se relaciona con la mujer. Ella vive por las leyes de la teoría de la improbabilidad.

En la ciencia no hay muchas leyes sobre la mujer porque el hombre no entiende nada sobre la teoría de la improbabilidad y actúa por las leyes de la probabilidad en todo lo que ocurre. Por eso si nos quedamos con las leyes de la teoría de la probabilidad entonces todo va a depender de las cartas: ¿qué vino sería esa mujer?

Como el hombre convirtió a la mujer en un producto, entonces hay que entender los límites de este producto. No hay molestia en que seas un producto mientras pareces mujer. ¿Pero si no pareces? ¿Donde está entonces la expresión y el llenado? Solo queda su clasificación. Igual que al vino podemos clasificar a las mujeres en tres categorías: la mujer parecida al agua, la mujer parecida al vino y la mujer parecida al estado extático. Cada una de las categorías se divide, por supuesto, en muchos otros aspectos importantes y no tanto, relacionados con la belleza como con los principios del status y las obligaciones funcionarias.

Si la mujer es parecida al agua, no importa si es muy bonita y simpática, ella va a pasar como a través de la arena sin poder llamar la atención hacía si misma. Esa mujer no sabe y no puede reproducir el sentimiento real y traer un beneficio lógico y real. Pero tiene importantes funciones temporarias relacionadas con la realización de determinadas sensaciones y emociones. Para ella podemos poner un objetivo: manifestar elementos caóticos de la naturaleza.

La mujer parecida al vino es una mujer especial que tiene cualidades profundas o las desarrolló. Es la mujer que puede crecer y llenarse, crecer y dar a su alrededor aquella fuerza que hace a la mujer a una mujer verdadera. Ella puede tener identificación personal, la cual no tiene la mujer de agua. Es aquella mujer de la cual nosotros decimos: “¡Oh si, eres Mujer con mayúsculas!”

La tercera categoría de las mujeres es algo cercano a los dioses y los cuentos de hadas. Esa mujer representa aquella fuerza que llena todo el espacio alrededor de si misma con la esencia de los sentimientos y sensaciones de los dioses. Representa en si misma todas la leyes de la diosa-madre con sus mejores cualidades. Ella es la naturaleza en presencia de los dioses. Por eso justamente la segunda y tercera categorías de las mujeres representan el interés principal como la manifestación de la esencia extática.

De todos modos la mujer es algo más grande en el mundo de hoy que lo que nosotros mismos podemos imaginar. ¡Eso ni siquiera es un ser humano! ¡Es una comunidad cerrada que llamada “Mujer”!

Solamente un concepto del éxtasis de la mujer determina las profundidades de los conocimientos del mundo sobre las posibilidades de la existencia, no solamente humana, sino como de dioses. Antiguamente, en los tiempos del matriarcado ¡creían en la mujer! ¡Ella estaba más allá de la religión! Ella era una ley para recibir el éxtasis.

La formación de la mujer en su universo personal no puede ser presionada por las leyes sociales. Ella puede corresponder o no corresponder a estas leyes. La mujer por su naturaleza nunca puede ser presionada por lo externo. Solamente puede aceptarlo. Y si se encuentra en un estado de decaimiento, este decaimiento es producido directamente por ella misma.

Se puede decir que los problemas externos de la mujer nunca son problemas verdaderamente propios. Son diferentes formas de sentimientos. Es más problema para el hombre, quien según sus límites sentimentales reacciona o prueba dar explicación a lo que la mujer no puede explicar. Lo que no haría el hombre para la mujer, ella igual se va a emocionar. Pero que colores tendrán estos sentimientos ya no es tan importante, porque la raíz del éxtasis en sus sentimientos no va a desaparecer. Por eso si el hombre quiere entender que es el éxtasis, principalmente debe encontrarlo en la mujer. El siempre tiene este intento, pero eso desciende solamente hacía el erotismo. Es un sentimiento tan sutil que no puede compararse con el sentimiento extático del vino, de los conocimientos y el poder. El erotismo es una forma de sentimiento, una de las muchas formas.

El hombre que produce leyes que presionan u oprimen a la mujer afirma su propia impotencia en el respeto hacía si mismo. Se cierra a si mismo de la posibilidad del éxtasis. Nada puede poner limites a la mujer, solamente el respeto hacía el hombre. Si hombre pierde el respeto de la mujer ya no puede recuperarlo con mandatos y pedidos que no cambiarán nada, solamente producir la sensación de estar callada. La mujer siempre va apoyarse sobre la fuente que existe en ella misma. La libertad de la mujer no está determina por instrucciones y mandatos, está determinada por el llenado. La libertad de la mujer está regulada por cierta particularidad, se puede decir que por la matriz.

El éxtasis es un estado que tiene una fuerza o poder delante del cual no puede resistir ninguna cultura o religión. ¿Que puede ser más fuerte que un sentimiento extático? Solamente un sentimiento extático controlado. O saber sentir el estado superior de la existencia, que puede llegar a sentir un ser humano. Y eso no es poco ni mucho, es saber entender las leyes y obligaciones en la casa de Dionisio. Y cuanto más fuerte la mujer tenga sentimientos por propio principio humano, entonces más fuerte se manifestará a si misma.

La mujer es una muy poderosa fuente del esfuerzo, tanto para si misma como para el hombre. ¡Es muy importante utilizar el esfuerzo interno para que crezca la fuerza substancial que permanece en la conciencia!

El poder, el vino, la mujer, los conocimientos, son instrumentos ideales para el desarrollo de la voluntad y aquí es difícil dar prioridad a alguno de ellos. Aquí hay límites para la libertad y al mismo tiempo para su manifestación.

La mujer enseñó al mundo el estado extático. Y creo que cualquier ser humano que quiere tomar agua, vino, mujer, poder o conocimiento (justamente son las principales formas del estado extático) debe entender los niveles de esa alimentación. Porque se puede equivocar en la experiencia o en los conceptos.

Cado uno de nosotros ya vivió lo superior, pero a su tiempo, es un estado extático superior inconciente, lo que es el estado del recién nacido, cuando la alimentación se produce con la forma que tenemos, algo que nuestro ser siempre va a querer repetir. Así nosotros no vivimos racionalmente el tiempo cuando aparecen algunas asociaciones con el estado producido por las diferentes condiciones del sentimiento, Es el estado del niño, cuando la persona ya determina los deseos, pero no tiene conocimiento de que se trata su esencia.

14 julio 2010

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