Yin-Yang

Yin y Yang son la naturaleza intrínseca del espacio, que tiene una medición tridimensional, es un principio de la existencia del espacio de la Tierra.

Yin y Yang están en equilibrio, representando el espacio conforme a las características indicadas por ellos mismos. Y hagamos lo que hagamos, vayamos donde vayamos, nada cambiará esta naturaleza, sin haber comprendido las condiciones que nos llevan más allá del concepto de Yin y Yang.

Más allá del Yin-Yang nos lleva la condición Yang-Yin, cuando Yin y Yang ya no son opuestos, sino comienzan a presentar una Fuerza Unificada. Pueden presentarla sólo en el momento de rotación, por la que se necesita un Eje. Si queremos salir de la dependencia del Yin-Yang, debemos empezar a caminar en círculo.

El concepto de Yin-Yang es una utopía sin claridad y comprensión. Este concepto está muerto, porque su objetivo es llenar el espacio, que él mismo representa. Él llena nuestro cuerpo, el espacio donde vivimos, como también la Tierra misma. Y, en principio, para él no importa qué es lo que está representando: montañas, ríos o seres humanos, todo esto es Uno. El movimiento de rotación que nuestra Tierra produce también es lo mismo, ella lo está girando todo conjuntamente. Y es aún peor estar dentro de esta rotación unificada.

Sin embargo, si el Yin-Yang lo está llenando todo, entonces, ¿qué es lo que hay que distinguir una cosa de otra? La forma es lo que distingue una cosa de otra. Y a pesar de que todo se llena de lo mismo, hay diferencia en las formas. Y entre estas formas son importantes las que, a partir de este conjunto unificado, pueden crear diferencia.

La diferencia se crea donde emerge la semilla, es decir, donde hay algo nuevo, capaz de deshacerse de lo viejo. Sin embargo, en este Nuevo se necesita esta fuerza, la que no se convertiría en un fruto de lo anterior. Ella debe ser capaz de sobrevivir, o sea no subordinarse a lo antiguo durante el proceso de su crecimiento y desarrollo. Es decir, este nuevo debe tener una rotación diferente de la rotación antigua, de la unificada. Por lo tanto, si queremos comprender el Yin-Yang, debemos deshacernos de él y podemos deshacernos sólo a través de la rotación, ya que es capaz de meternos en una profundidad, que hasta entonces era invisible y oculta de nosotros.

Podemos hablar un sinfín del concepto de Yin-Yang, pero esto no llevará a nada. Podemos hablar de la envoltura, pero no vemos el centro. Cuando el Yin y el Yang se fusionan, adquirimos otra cosa. Y en esta otra cosa, el Yin se ocupa del recogimiento y el Yang de la rotación. Por supuesto, un momento importante aquí es el ciclo, pero lo más importante es que se quita toda la diversidad superficial y de hecho, el ciclo se convierte en una medida convencional del ritmo y no del tiempo.

Por lo tanto, el concepto temporal de Yin-Yang es no sólo innecesario, sino además es perjudicial. Y si lo consideramos desde el punto de vista del ritmo, entonces la dualidad ya desaparece en absoluto y nos guiamos por lo Primordial.

 

20 mayo 2012

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