Métodos prácticos

Al mantener la integridad del cuerpo, al haber fortalecido y desarrollado la esencia, te fundirás con la naturaleza.

Lao Tsé

El Arte de cuidar la vida, es el Arte más antiguo del auto-perfeccionamiento del ser humano. Fue desarrollado por los filosofes chinos Confucio, Mencio, Sun Tzu y perfeccionado por las estructuras estatales chinas con la ayuda de los pensadores y alquimistas taoístas. El aspecto básico de este Arte son los Métodos Prácticos, condiciones con cuya observación se realiza cualesquier tarea que se plantee, tanto en el aprendizaje, como en la actividad cotidiana.

La Tradición Taoísta es una ciencia global que considera el desarrollo del ser humano desde la posición de las leyes del Universo. Una de las etapas del conocimiento de esta ciencia es el alcance del estado de Naturalidad, de armonía con su naturaleza interior y con lo que le rodea, o sea la adquisición de la integridad. Los Métodos prácticos son la base del logro tanto de las Artes Aplicadas -Matemáticas, Física, Química (Alquimia, en la antigüedad), Astrología, Medicina, etc.-, como las Humanitarias -Filosofía y ciencias sociales. Los Métodos prácticos forman una percepción específica de la vida como un Camino de auto-perfeccionamiento y obtención de la integridad en todas las actividades cotidianas.

Los Métodos prácticos son un Método que está dirigido al estudio de las técnicas para el trabajo con la consciencia, el cuerpo y la energía a la vez, dado que sólo en cuanto trabajan juntos fortalecen y desarrollan la vitalidad (el potencial energético que es necesario para el perfeccionamiento de alguna acción). Para el dominio de los Métodos prácticos es necesario el dominio del Arte del Aprendizaje, como también la permanencia en un Ritmo de vida que corresponda a la naturaleza personal (con el potencial de fuerza que tenemos por naturaleza, que determina el Ritmo de nuestra existencia natural). Si uno altera el Ritmo de su existencia natural, entonces acorta su vida. El Ritmo natural de la existencia puede ser llamado “vida dentro de sí”, puesto que una persona que permanece en él, guía sus propios procesos vitales y no se encuentra en algún estado ajeno a su naturaleza.

Para convertirnos en dueños de nuestra vida, primero debemos aprender a correlacionar el Ritmo de la actividad de la vida no sólo con los esfuerzos cotidianos, sino también con las estaciones naturales. La necesidad de tal correspondencia está relacionada con el hecho de que la actividad energética es diferente durante las diversas estaciones del año. Sin tomar esto en consideración, gastaremos más energía de lo necesario en nuestra construcción energética.

No cabe duda que, para correlacionar nuestra vida con el Ritmo natural es necesaria una gran experiencia práctica. Aprendiendo a controlarnos y a desarrollarnos, nosotros nos aproximamos de manera natural a la comprensión de las más profundas conexiones entre el cuerpo, la consciencia y el Ritmo como tal.

Mucha gente vive en un estado de prisa constante y siempre ocupada con sus problemas cotidianos, sin darse cuenta de que sin la correspondencia con su propia naturaleza, su vida está vacía (la energía se desgasta). Tal ritmo acorta la vida y no nos deja realizar nuestro potencial natural. Y no se trata tanto de la falta de correspondencia con el Ritmo o las estaciones, como de la pérdida de la consciencia de sí mismo.

La Naturalidad del ser humano o el equilibrio de su energía interna es la base del estado equilibrado de la psiquis, los sentimientos y las emociones; es la posibilidad de regular las propias acciones, la correspondencia armónica entre el estado interno y la manifestación externa. El logro de la Naturalidad depende de la sucesión de ciertas acciones; al poseerla, uno puede realizar y acrecentar la calidad de la propia energía.

La adquisición de armonía interna, equilibrio y naturalidad no es un capricho y no se trata de algún prejuicio mental, sino que es la necesidad básica de nuestro ser, que nos permite expresar al máximo nuestra naturaleza humana. Pero sin una Concentración desarrollada, sin una circulación de la energía recuperada y sin la capacidad de mantener correctamente la condición fisiológica de nuestro organismo, aun comprendiendo el Ritmo de cada una de las estaciones, no podremos dejar a nuestro organismo vivir en tal Ritmo.

Para lograr la Naturalidad es necesario formar la comprensión de Métodos, que mejorarían nuestras acciones comunes o especiales (la práctica). Al hacer las prácticas, construidas por los Maestros que han alcanzado resultados verdaderos en el desarrollo de su energía, en el perfeccionamiento de su cuerpo físico y de su consciencia, una persona puede llegar al camino del perfeccionamiento. La práctica consta de ejercicios físicos o mentales dirigidos al desarrollo de ciertas cualidades y nos enseña a vivir nuestra vida conscientemente, volviéndola una vida llena y profunda.

Para convertirnos en personas de acción (aquellas que dependen de su propio esfuerzo y lo controlan constantemente), debemos permanecer en una comprensible –para nosotros- sucesión de acciones, además de ser conscientes del Ritmo propio y de las capacidades que tenemos por naturaleza. Tal persona es capaz de mejorar no sólo sus acciones, sino también su naturaleza personal.

De la correcta comprensión de nuestros actos depende no sólo nuestro estado psíquico, sino también la capacidad de mejorar la calidad de nuestra vida. Aquí vamos a considerar qué hábitos debemos acumular y qué sucesión de las acciones construir con el fin de dominar el Arte de cuidar la vida.

La importancia de la capacidad de aprender

Independientemente de nuestros actos o de los conocimientos que poseamos, la capacidad de aprender es el aspecto más relevante en el crecimiento personal. Este es el primer y más importante factor que determina la habilidad de una persona para desarrollarse verdaderamente. Hoy en día, en el mundo de las tecnologías de la información, la gente confunde los conceptos de “información” y “conocimiento”. Debido a este hecho, una persona “acumula” información que le impide ser consciente de sí misma, es decir, realizar la tarea principal de cualquier tipo de conocimiento verdadero. Para la adquisición de conocimientos y su aplicación efectiva, es necesario un mecanismo específico para la asimilación de estos conocimientos.

En el camino del logro del Arte de cuidar la vida, la capacidad de aprender es indispensable. De ella depende el esfuerzo interno, el estado del tono, sin el que es imposible plantearse y mantener la concentración. La capacidad de aprender se desarrolla gracias a la distribución correcta de las cargas física y mental y a través del trabajo con la energía. La fuerza de la energía interior se forma mediante su acumulación y retención en el cuerpo. Esta fuerza se desarrolla o de manera natural, si la persona de naturaleza tiene cantidad suficiente de energía, o a través del aumento con la ayuda de prácticas específicas.

La capacidad de aprender no es simplemente una comprensión de qué y por qué se debe hacer, sino también la habilidad de aplicar un esfuerzo en el proceso de conocimiento. Incluso si estamos ocupados con cosas cotidianas, debemos tratar de concebirnos en ellas, si queremos, por supuesto, sacar provecho de ellas y no solamente seguir la corriente de los hechos.

Conforme al Arte de cuidar la vida, cada actividad, cualquiera que sea: trabajo, vida privada o estudios, ha de ser percibida como una práctica, que fortalece la naturaleza del individuo o le debilita. Y para perfeccionarnos, debemos permanecer en una búsqueda constante de oportunidades de enseñarnos a nosotros mismos, incluso en las actividades cotidianas.

El proceso del aprendizaje no puede tener un final, igual que no tiene final el proceso del crecimiento cualitativo, la cultivación de la fuerza interna. La detención en el aprendizaje, la suspensión de la acumulación del esfuerzo interno, indudablemente lleva a una descomposición interna, inercia, pérdida del control de sí y dependencia de procesos externos e internos.

Si una persona es capaz de aprender, entonces estará llena por las acciones, esfuerzos y sentimientos relacionados con el proceso del aprendizaje. De lo contrario, el proceso de llenarse se reemplaza por el proceso del reaccionar, lo que hace al hombre buscar maneras de deshacerse de las cargas excesivas, mentales o físicas, inevitable consecuencia de sus acciones caóticas. Esto lleva a una aún más grande pérdida de sí mismo, ya que la salida de tal situación no puede ser analizada y habitualmente el resultado es un cambio constante en la atención. Como regla, surgen algunas sensaciones incomprensibles que empiezan a gustarle a la persona y se puede caer muy fácilmente en su dependencia. Pero lo verdaderamente importante no son las sensaciones y los estados, generados de manera casual o deseada, sino el crecimiento mental, físico y energético. Y, según los Métodos prácticos, a esto debemos dirigir todos nuestros esfuerzos.

Es incorrecta la opinión de que la carga vaya a disminuir si uno no gasta ningún esfuerzo, sea mental o físico. Por lo contrario, inevitablemente crea una carga interna enorme, pues la energía empieza a circular desequilibradamente. Una de las leyes del desarrollo dice que una persona que no mantiene su consciencia presente en todas sus acciones, desarrolla aún más su inconsciencia.

El Arte de combinar las acciones

El siguiente factor, que determina la capacidad de una persona de crecer cualitativamente, es el Arte de combinar, de correlacionar sus acciones, integrarlas en una secuencia basada en conocimientos. El dominio de este Arte preserva a la persona de la formalización del proceso de aprendizaje, de la repetición mecánica de las mismas acciones, lo que puede llevar a la pérdida del control y la concentración. Es importante comprenderse a sí mismo en los actos y no simplemente pasar el tiempo en busca de adquisición de alguna “acumulación externa”. En realidad, una persona nunca puede estar satisfecha por la acumulación externa independientemente de su cantidad, si ésta no se corresponde con su realización mental, energética y física, lo cual, a su vez, es una condición para el desarrollo de la vitalidad según la Tradición Taoísta.

Niveles del desarrollo en el Camino del dominio del Arte de cuidar la vida

Para lograr el estado de la Naturalidad, es necesario hacer un trabajo largo y serio. Las leyes de la Naturaleza son iguales para todo el mundo e influyen tanto en el nivel del Universo (el macrocosmos), como en el nivel personal del ser humano (microcosmos). Al concebir estos vínculos, el Practicante obtiene la posibilidad de cuidar su vitalidad. El desarrollo práctico de estas bases depende del paso a través de los siguientes niveles, determinados por las leyes universales.

Adquisición de la Concentración correcta

El dominio del nivel inicial en el Camino del logro del Arte de cuidar la vida, depende de la capacidad de concentrarse, de la naturaleza personal del individuo, de la experiencia ganada de trabajar en sí y de la carga de las acciones de baja calidad, hechas antes.

Para este nivel básico, es importante la actitud intelectual hacia la vida. Cuanto menos uno se involucra en actividades intelectuales, tanto más rústicos son sus intereses y más fácilmente los encuentra. Pero también una persona que se desarrolla intelectualmente a menudo resulta incapaz de experimentar vivencias sensuales profundas si no puede activar su cuerpo y energía en un mecanismo de acciones unido y cerrado.

La calidad de cualquier acción depende de hasta qué grado está llena de la vivencia interior que acompaña en un diferente grado cada uno de nuestros actos. Si falta la capacidad del “llenado”, entonces uno empieza a desear otras fuentes adicionales de emociones que esconden el vacío interno, como por ejemplo el consumo de noticias, búsqueda de alguien con quien parlotear, el intento de inventar algo con qué ocuparse en el futuro cercano, etc. Una persona no puede dejar de buscar fuentes de llenado si es incapaz de generarlo por dentro. Independientemente de lo que haga uno (aun mirar televisión), si no puede concentrarse, entonces se convierte en un producto de consumo.

La concentración implica un recogimiento interno constante, un estado en el que la persona no pierde el control de sí misma y de la situación. La habilidad de concentrarse depende de cómo el individuo ha desarrollado su consciencia durante su vida. Incluso en la gente con un alto nivel de intelecto, la calidad del enfoque raras veces le permite resolver la tarea de la conservación interna de la energía (la capacidad de mantener la energía en ciertas zonas de su acumulación natural, como por ejemplo la zona del abdomen).

En las etapas iniciales, el desarrollo exitoso de la concentración depende de la cantidad de energía primordial que se forma durante el nacimiento. De esta energía depende la alimentación del cerebro y, como consecuencia, el potencial de desarrollo de la atención dirigida. Si la energía primordial es escasa por naturaleza o por haber sido desmedidamente gastada a lo largo de la vida, para su recuperación se necesitan acciones adicionales.

El trabajo con la concentración, en cuanto a los actos que realizamos, no debemos tratar de hacer muchas acciones a la vez, dado que eso podría llevar a una pérdida del control y la responsabilidad. Es importante comprender esto y medir nuestras acciones comparándolas con nuestras capacidades. Si la energía primordial que alimenta el cerebro es suficiente, la persona es capaz de desarrollar hasta cierto grado la fuerza de su consciencia. Pero con la falta del hábito de conservación interna de la energía, tarde o temprano las capacidades psíquicas del organismo se debilitarán.

Los modos de desarrollar la Concentración están relacionados con los principios básicos de existencia: se basan en la disciplina, la regularidad y la habilidad de permanecer en un determinado esfuerzo de voluntad. Y si añadimos a esto clases con prácticas específicas para el desarrollo de diferentes tipos de esfuerzos y el ajuste necesario para una circulación equilibrada de la energía, la persona obtiene la posibilidad de trabajar realmente con la Concentración.

Las prácticas y técnicas específicas dirigidas a la mejora de ciertas cualidades o de la naturaleza del individuo en su totalidad, conforme a una u otra Tradición que ofrezca procedimientos para hacerlo. Todas las Tradiciones (indudablemente, cada una a su manera) aspiran a llevar al cuerpo, la energía y la consciencia a condiciones básicas de trabajo, que están relacionadas con la capacidad de limpiar al cuerpo y a las acciones de cargas innecesarias (comida, organización incorrecta del tiempo, carga de información superflua o de baja calidad, etc.).

La adquisición de los conocimientos necesarios para la creación de una circulación correcta y un desarrollo de la energía.

El siguiente nivel implica un estudio detallado de los principios y las leyes, conforme a los que se debe construir el funcionamiento del cuerpo, la energía y la consciencia. Sin una circulación balanceada de la energía, en el cuerpo no se puede producir un verdadero desarrollo, ya que uno resulta incapaz de controlar los propios procesos energéticos y tras eso los psíquicos y físicos. Si no establece una circulación correcta de la energía, la persona no desarrollará su energía aumentando el potencial que tiene desde el nacimiento, sino que sólo la consumirá.

Para desarrollar la energía, se han de dominar al menos los conocimientos básicos de la estructura del ser humano. Cinco mil años atrás, estos conocimientos eran accesibles para la gente, eran naturales para ellos. En el proceso del desarrollo de la civilización, el ser humano ha perdido estos conocimientos y con ellos ha perdido la conexión verdadera consigo mismo. Hoy en día, más completamente estos conocimientos están presentados precisamente por la cultura taoísta, por eso el autor recomienda a los lectores estudiar, ante todo, la medicina taoísta basada justo en los principios del desarrollo energético del ser humano.

Otra tarea de este nivel es reducir al mínimo los procesos que alteran el trabajo energético de los meridianos en el cuerpo (que conectan todos los sistemas vitales y los órganos internos) y reducir la cantidad de bloqueos energéticos internos. Estos bloqueos son la causa del estancamiento energético y de la alteración del trabajo de los órganos y las glándulas endocrinas, etc. Para dominar este nivel son necesarios:

  • Conocimientos de las propiedades del cuerpo, desde el punto de vista de la conductividad energética (es decir, conocimientos sobre la capacidad de los meridianos de destilar energía, tanto de manera natural, como a través de un esfuerzo consciente).
  • Una cultura energética (es decir, conocimientos acerca de la naturaleza energética del ser humano).
  • Estudio de la experiencia de la gente que ya se está perfeccionando en este Camino.
  • Lectura de literatura que permite conocer diferentes opiniones.
  • Asistencia a lecciones y seminarios en los que se puede recibir respuestas a las preguntas que surgen.
  • Una planificación diaria del tiempo que sea productiva al máximo para la labor sobre el desarrollo interno.
  • Organización del tiempo de ocio de manera que permita ayudar a la profundización de la comprensión de la práctica, el Ritmo y el Arte de combinar las acciones (la capacidad de correlacionar el proceso de nuestro desarrollo con la vida cotidiana).

Deberíamos ir al proceso de la construcción energética sólo después de haber formado un enfoque razonable y ponderado del tema. Para esto, se necesita formar un enfoque individual, es decir nuestra propia comprensión del Camino, y la capacidad de construir una planificación personal de las prácticas dirigidas a la construcción energética. El enfoque individual nos permitirá formar el esfuerzo personal y éste, a su vez, nos ayudará en la evaluación de cuestiones más complejas.

No debemos evitar el así llamado “trabajo en grupo”, o sea, las clases en grupo con un Instructor calificado. Esto nos ayudará a conservar la disciplina y a tener regularidad en las clases, manteniéndonos en el Ritmo de asimilación del material, necesario para llegar al Conocimiento.

Lo siguiente a lo que se ha de prestar atención es la diferenciación de los métodos para la asimilación del material. Uno de los Métodos es la asimilación rápida, en el que el conocimiento no implica la combinación de varios conceptos. Otro Método es el logro y la asimilación durante un período extenso, en el que el mismo proceso de enseñanza no es de menos importancia que el Conocimiento deseado. Al enfoque diferenciado se agregan también los Métodos de asimilación del material a través del uso de los diferentes sentidos: sabor, oído, vista, tacto, olfato y movimiento.

Se debe conocer también las diferentes fuentes de Conocimiento. Mientras que una persona no comprenda en qué consiste realmente el Arte del Aprendizaje, puede que tenga el deseo de encontrar una metódica forma de avanzar que más le agrade, lo cual a menudo lleva a la posición del “sabelotodo”, en condiciones en las que el conocimiento falta en absoluto. Ésta es una trampa peculiar en la que caen muchos.

La comprensión de las acciones concretas, la elección de prácticas concretas, nos permite evitar los errores, el gasto de tiempo, y nos ayuda a atravesar lo más rápidamente posible la etapa de organización de los procesos internos. Sólo después de esto, aparece la oportunidad de acrecentar cualitativamente nuestra energía.

Adquisición de la capacidad de cambiar los parámetros energéticos y físicos del cuerpo.

Este nivel nos enseña a crear el apoyo interno que nos permite depender, en primer lugar, de nuestras capacidades, a no confundirnos en una comprensión asociativa del desarrollo sin la correspondencia personal. Sólo el apoyo interno permitirá a la persona depender, ante todo, de sus habilidades naturales y no seguir la comprensión ajena del Camino del desarrollo sin la correspondencia individual a este punto de vista.

Por muy sorprendente que parezca, precisamente el desarrollo físico ignorante impide a la persona en el proceso de la generación de apoyo interno, paraliza y dispersa la energía, sustituyéndola con una carga aeróbica que sólo en unos cortos intervalos de tiempo sustituye el esfuerzo de la destilación de la energía (es decir, cambio de la cualidad de la energía a través de su circulación; el esfuerzo de la Concentración de mantener la energía en la zona concreta). Un desarrollo físico sin la Concentración necesaria y sin una circulación correcta de la energía es sólo un mito sobre vivir en forma saludable.

En este nivel ya es necesario tener la comprensión interna de los principios fisiológicos y energéticos y de las leyes del desarrollo del cuerpo (por ejemplo, con qué corresponde cierto esfuerzo físico, en qué influye, qué conexión tiene con la consciencia). Es necesario entender estos principios y relaciones, tanto para el fortalecimiento de los parámetros fisiológicos del cuerpo (el funcionamiento de los músculos, tendones, huesos, piel, arterias), como para concepción de la interdependencia de los procesos físicos, mentales y energéticos.

Sólo después que una persona haya creado y desarrollado correctamente la Concentración y haya construido la circulación correcta de la energía, puede llegar a tener la capacidad de reunir en un todo íntegro al cuerpo, la energía y la consciencia. Todos los recursos básicos, en este caso, empiezan a funcionar en unidad. Y no importa qué esté haciendo un hombre en ese momento: mueve sus manos, se está concentrando en algo, mantiene correctamente el cuerpo o construye cierta circulación de la energía, todo el cuerpo debe estar conectado en unidad. La energía, la consciencia y el cuerpo deben estar unidos en cada momento. Sin la presencia de esta unidad es imposible llegar al incremento interno, es decir a la acumulación de la energía.

El intento de cargar el cuerpo físico de todo el trabajo, no sólo no llevará a mejoras reales, sino que además crea un montón de problemas pequeños, que acrecientan la carga energética y psicológica de la persona. Es decir, el eslogan “Mente sana en cuerpo sano” es válido sólo cuando el cuerpo se desarrolle sin impedir al desarrollo del espíritu. El cuerpo tapado de cargas físicas no puede alcanzar el nivel en que se logra el esfuerzo físico, dado que toda esta energía se consume de los músculos.

La correspondencia del Ritmo interno con el externo

El siguiente nivel determina la verdadera cualidad de la persona cuando cada acción “externa” encuentre una correspondencia completa con el mundo interior. Y, desde el punto de vista del desarrollo energético, de la mejora de las cualidades de la energía, una vida sin esto es nada más que una participación en cierto proceso no controlado.

La correspondencia de los procesos externos con los internos, lo que es una condición fundamental para la realización personal: la transición al Ritmo personal de existencia. Si uno logra mantenerse en el Ritmo, que le permite pasar todo el tiempo conscientemente, luego este Ritmo ayudará a la persona concebir las cualidades naturales profundas de sí mismo.

Una de las condiciones para alcanzar una percepción omnicomprensiva y voluminosa de la realidad es la creación del Ritmo personal: el mecanismo interno de acción, que tiene elaborada una constancia definida. La capacidad de vivir conforme a nuestro Ritmo personal determina la profundidad del logro del Arte de la cuidar de la vida, ya que permite sacar la vida de la dependencia de condiciones externas. Así que, en este nivel, nuestros quehaceres dejan de determinar nuestra consciencia.

Sin alcanzar este nivel del desarrollo, el hombre se verá obligado a proteger su existencia caótica, más a menudo a través de juzgar y no aceptar los esfuerzos que debe generar para conocer su Ritmo personal. Tal “punto de vista” es sólo una reacción emocional y por eso nos desvía del proceso del desarrollo verdadero.

Permanencia natural en el proceso del desarrollo interno y transformación

En este nivel, de acuerdo con las capacidades de la naturaleza personal, se realizan todas las tareas antes planteadas a la persona durante diversas situaciones de vida, dirigidas a la mejora de sus cualidades.

Durante cada estación, nuestro cuerpo experimenta diferentes actitudes sensuales. Ellas, a su vez están determinadas por el llenado del cuerpo con energías naturales de las estaciones y, según la estación, se activan diversos receptores sensuales en un mayor o menor volumen. Por su naturaleza, los órganos y las glándulas en el ser humano, de acuerdo con el cambio de las estaciones, tienen diferente actividad. La incomprensión de este proceso, reduce la cualidad interna, provocando una quema de energía debido a la incapacidad de permanecer en las condiciones naturales indicadas. La condición fundamental para permanecer en armonía con la Naturaleza es la capacidad de sentir cuándo la energía exige desarrollo y cuándo conservación. Según esto, todos los actos se dividen en dos clases: los que tienen una base activa y los de base pasiva. Y si mantenemos esta correspondencia, entonces cada nueva espiral de nuestro esfuerzo se apoyará en los cambios y resultados ya logrados.

Es importante cultivar la vida empezando por sus raíces y entonces no será tan difícil indicarla la dirección correcta de crecimiento. Entonces uno obtendrá la comprensión de cuándo debe fortalecer la forma y cuándo llenarla con contenido. En la antigüedad, decían que la persona más sabia se llena durante la primavera y el verano y fortalece la forma en el otoño y el invierno. Y en el período entre dos estaciones (la transición de una estación a otra), fortalece los vínculos.

Nueve Artes de los Métodos prácticos
  • Encuentro del inicio de cualquier acción o la combinación de las acciones.
  • Generación de constancia en cualquier proceso dirigido al desarrollo.
  • Avance en el desarrollo, aspiración a un proceso de concientización constante.
  • Generación de la Naturalidad: trabajo en la creación de enlaces y la correspondencia de lo energético, lo corporal y lo espiritual.
  • Conocimiento de los esfuerzos dirigidos a la acumulación, conservación y desarrollo de la energía, mayormente, en las prácticas.
  • Recreación interna, o la capacidad de cambiar la actividad energética del cuerpo;
  • La correspondencia con las estaciones, que se genera en la práctica y se aplica en la vida cotidiana como modelo de una vida equilibrada durante todo el ciclo anual.
  • Llenado interno a través de las acciones que se realizan.


Advertencia acerca de la comprensión del Arte de cuidar la vida

Hasta aquí, pues, he delineado los principios básicos que ejercen influencia en la capacidad del ser humano para desarrollarse en la práctica y hemos considerado los niveles del desarrollo en el Camino del paso a través de las prácticas. Estos principios están subordinados a leyes específicas y con el fin de incorporarlos exitosamente en la vida, han sido ordenados en forma de determinadas secuencias de acciones. Sin haber comprendido el Uno, no se puede ir al dos. Y no importará la cantidad de acciones y prácticas que hagamos en este Camino si nos falta la comprensión de para qué los hacemos. Lo fundamental es darse cuenta de que la práctica será verdadera sólo cuando alcancemos la comprensión real de qué es lo que hacemos y cuando tengamos la posibilidad de seguir esto. No puede existir una sin la otra.

El Arte de cuidar la vida exige de la persona, ante todo, comprender las propias acciones y generar hacia ellas una actitud productiva en su desarrollo. Sólo al haber hecho esto, pueden aparecer las verdaderas capacidades en el perfeccionamiento del Arte de las acciones.

10 agosto 2009

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