Camino de la mujer

Método

Un Método no vale nada si no posee un inicio. Y la cuestión acerca del Método es una de las preguntas básicas y primordiales que las mujeres deben plantearse. Pero eso no significa que de inmediato encuentren la respuesta.

De todos modos, la comprensión del Método toma tiempo, pero cuanto antes iniciemos este proceso, tanto mejor. Es importante saber analizar para poder conocer el Método. Pero antes de adquirir la capacidad de analizar, debemos comprender claramente las tareas, es decir que el análisis implica responsabilidad y disciplina. Por lo tanto, el inicio del Método es la comprensión de las tareas en las que trabajamos. Por supuesto, la naturaleza del análisis femenino y el masculino son diferentes, dado que el hombre se apoya en la consciencia y la mujer en el útero, el cual maneja a esta misma consciencia. ¿Para qué? Para controlar las vivencias, los sentimientos y las sensaciones.

Al principio mismo, el aprendizaje debe convertirse en el arte del conocimiento. Sea lo que sea, una mujer en el camino del Aprendizaje necesita una presentación metódica y comprensión del material. El Arte del conocimiento implica la presencia de un Método usado por el Facilitador, el Instructor, el Maestro, el Profesor, en su enseñanza y el intento de entenderlo.

De hecho, el Método implica también la comprensión sobre la persona que nos enseña, pero no según el principio “bueno/malo”, “correcto/incorrecto·, sino que según la comprensión de si él mismo se guía por el Método.

Es fácil entender si uno ha dominado y tiene presente el Método. El primer indicador es la capacidad de trabajar con el espacio en que se realiza la enseñanza; el segundo es la visión que uno tiene acerca de las tareas que se le plantean durante el proceso de la enseñanza. El Método no motiva, sino que explica, o sea debe ser impersonal.

Direcciones a las que se orienta la mujer en su desarrollo:

  • Sociales
  • Profesionales
  • Específicas
  • Estéticas
  • Emocionales (deporte, danzas deportivas)

Métodos prácticos para mujeres

El Método práctico para la mujer es el Arte de aprendizaje. Cualquier desarrollo que no lleve a la comprensión del Método, hoy en día será destinado no sólo a no llegar a ser un Desarrollo, sino que incluso al revés, apartará a la mujer del desarrollo.

En la actualidad, cuando nuestro cuerpo y energía viven según el espacio en el que permanecemos, la única posibilidad de defender nuestro derecho de existir en las cualidades inherentes al ser humano es desarrollarnos, pero comprendiendo qué hacemos y por qué lo hacemos. Esta comprensión implica un enfoque, que a su vez nos ayudará a conocer el Método, que desarrollará aún más nuestra consciencia. Es la consciencia la que hoy en día tiene predestinado el papel de oponerse al estado caótico de la sociedad, a su influencia.

En el mundo actual, la mujer aborda su desarrollo de un modo emocional. Ella no expresa y a menudo incluso no determina qué, para qué y, lo más importante, por qué debe entrenar. Todo esto es resultado de las condiciones de su existencia en el espacio en el que la mujer ha generado, como regla general, una gran cantidad de experiencia emocional, que al mismo tiempo es inconsciente. Por eso, la mujer busca en sus entrenamientos ya sea un interés emocional adicional, ya sea una defensa adicional. Esto se convierte en el engaño principal que la desvía de las tareas del desarrollo. La mujer no cumple con estas tareas, sino que sigue viviendo su vida sólo escondiéndose detrás de los nuevos intereses y conservando obstinadamente los deseos anteriores.

¿En verdad el desarrollo debería oponerse a las condiciones y convicciones existentes? Probablemente, ésta es la primera pregunta que una mujer tendría que plantearse. Pero en este mismo momento le debe quedar bien claro que no recibirá inmediatamente la respuesta, puesto que el desarrollo es indudablemente la reagrupación de nuestros objetivos mentales. Y esto ya es una actitud completamente nueva hacia nuestra consciencia, cuerpo y energía.

El desarrollo se caracteriza por el camino y el camino se caracteriza por el esfuerzo consciente, el ganar experiencia.

¿Qué es el desarrollo?

El desarrollo es el perfeccionamiento de nuestras condiciones mentales, energéticas y físicas. En la actualidad, esta idea debe apoyarse en el concepto de la forma y no debe ser mistificada. Y antes de empezar a creer que estamos en algún Camino de perfeccionamiento, tenemos que pasar por tres etapas de preparación para el desarrollo.

La tarea de la primera etapa

La tarea de esta etapa es: determinar claramente, en el nivel de pensamiento y lengua que tenemos, qué hacemos. Podemos llamarlo “desarrollo de la concentración”, “construcción de la proporción del cuerpo”, etc. Este tipo de comprensión, debe realizarse en el nivel de nuestra lengua que debe explicarnos qué es lo que hacemos. Posteriormente, Uno dará origen a Dos. Por ejemplo, si una mujer va a entrenar danzas, se encontrará con tres dificultades. La primera: la incapacidad de trabajar con las sensaciones y la dependencia de ellas; la segunda: la incapacidad de moverse y la tercera: la incapacidad de enfocarse.

El movimiento realizado siguiendo la onda de mi memoria o de la suya, no es una danza, son unas payasadas sobre un tema determinado por las sensaciones. Y al mismo tiempo, puede que la mujer tenga problemas con los huesos de las plantas de los pies que se ha ganado andando en zapatos incorrectos y puede que necesite tres años sólo para aprender apoyarse en las plantas, etc.

Por eso, independientemente de la danza a la que esté dedicada una mujer, su mente debe tener planteada la tarea de aprender a moverse. Y cuando haya aprendido a moverse, podrá empezar a bailar. Y si esta mujer hubiera venido a mí para entrenar, tal vez le habría dicho: “No sabe estar de pie, ¡de qué movimiento me está hablando! Déjeme, querida, enseñarle a estar de pie”.

Así, la tarea básica de la primera etapa es: construir la disciplina de la relación entre su consciencia y el espacio. Y la mujer debe comprenderla en todos los niveles: entrenamientos, la casa, la familia. No hagan de la primera etapa una revolución. Aprendan a mantener la pausa. Y recuerden: la persona principal para ustedes en su desarrollo son ustedes mismas y no la persona que les enseña. Y si algo no les gusta, entonces no se quiten la culpa a sí mismas.

La tarea de la segunda etapa

La tarea básica es: mantenerse en los objetivos del fortalecimiento del enfoque, relacionado con la generación de esquemas o combinaciones más complejos. Entonces llegará la comprensión de la diferencia entre la sensación y la vivencia, después de lo cual podrá recién empezar a apoyarse en las sensaciones. De esta manera, la mujer comprenderá la diferencia entre sensaciones y vivencias y su naturaleza.

Indicadores que determinan que la mujer está preparada para la segunda etapa:

  • Capacidad de plantearse preguntas;
  • Expresión de las tareas básicas, relacionadas con el desarrollo;
  • Capacidad energética del cuerpo mejorada;
  • Comprensión de qué es el Enfoque;
  • Tener equilibrio;
  • Tener elaboradas la Herramientas para el desarrollo;
  • Aceptar que es necesario perfeccionarse y desarrollarse;
  • Conservación del balance en el espacio circundante (casa, trabajo, familia).
La tarea de la tercera etapa

La tarea de la tercera etapa es la comprensión de la esencia física de la Naturalidad. Comprender los conocimientos por los que se guía una mujer, es decir complementar la formación de la experiencia del desarrollo y embarcarse al Camino del desarrollo.

 

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