La Mujer Perfecta
De niña yo jugaba solo con el tiempo, “juegas con muñecas” los adultos me dijeron.
Y la verdad que todos un poco se olvidaron cómo mis manos apretaron.
Cuando me sacaron de la infancia, rompiendo, mutilándome los hombros,
Y yo en la cola estaba, mientras ellos me acusaban.
Y ahora ya me siento como la moneda de un coleccionista.
Y quiero volver a aquel momento, cuando el tiempo es inmenso
Donde el inmenso tiempo de la infancia es el campo del aliento del corazón.
Sin pasar por el satisfacer cuando debería conocer el poder.
En la infancia el cielo me acompañaba y el tiempo yo no necesitaba.
Pero, alguien el pelo me tiró y en hábito se convirtió.
Sin llegar a conocerme a mí, también a ti te perdí.
Todo lo que me quedó, ya no me lo consigo,
Y aquí no hay nada arcano, se trata de los rasgos de mi día y el enfoque principal siempre será mi propia pérdida.
Y ahora busco algo, donde no sé nada, con definiciones tontas
En este pedazo de tiempo donde me pierdo
Me debo distraer, me debo ir hacia donde mis ojos ven
Apretarme al suelo o por lo menos escapar adonde la ola todo lo limpiará.
En el agua ahora sé que me hundo, algo en el pecho siento profundo,
La cara al norte vuelvo y sonidos helados me buscan.
Quiero que el agua limpie lo que no necesito,
Quiero encontrar aquello, que no experimenté por completo.
Pero nunca me olvidaré de esto.
De lo que será parte de mí, parte de mi ser, con lo que para siempre volaré, y nunca más me ocultaré.
Frío frescor por aquí fluye, con él me fundiré.
No, la esperanza, esa no fue, era la búsqueda de la luz radiante.
El tiempo me dicta algo, pero dentro yo no estoy.
Escapar de esa prisión, dejar de ser objeto.
No me robaron la infancia, fue la luz que se ha ido.
La infancia se convirtió en signo de aquello que ha desaparecido.
Agua en mi cara se ha derramado y huellas de sangre dentro se ven,
Ya eso infancia no hay que llamarlo, y nadie me puede decir el por qué.
Me robaron el espacio, el espacio donde vive la luz mía.
¿Cómo volver y llenarlo de algo que yo no tenía?
En la búsqueda ya sea de mi misma, ya sea para que mi rayo conserve, me fui sin mirar atrás y mi camino tomé.
Y nada de mi pasado me hará llenar ese hueco,
Que el tiempo formó, pero con el viento la ceniza de mi ventana se irá.
Puedes inventar los valores, pero no inventarás, no,
Aquello que determina la pureza como un eslabón.
Me llamó alguien, me puso la espalda contra la pared,
Y me habló mirándome, pero sin poder ver mi cara,
Y en esos versos tan largos, no busco las respuestas.
Solo no quiero estar presente en un lugar donde estoy ausente…
26 abril 2019
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