Los conocimientos deben ser superiores a nosotros

Muchas veces los discípulos se apoyan en un individuo, en una persona en particular. Los invito a  analizar esto. Debemos entender que el Conocimiento siempre debe ser superior a nosotros mismos. No es importante cómo llamamos ese Conocimiento: yoga taoísta, danza árabe o con cualquier otro nombre. En todas partes están los mismos objetivos y principios, o sea el cuerpo es el mismo, la cabeza es la misma y el espacio es el mismo. La diferencia es sólo el ritmo y la frecuencia del lugar. Es incorrecto cuando alguien empieza a destacar su orientación, es decir su especialidad en tal o cual práctica. Es natural que cada uno en su orientación pueda expresarse mejor, pero de todas formas nadie modifica la Ley del Desarrollo. Pero lo más importante, lo que unifica a todos, es la Conciencia y para la Conciencia no hace falta nada excepto la Conciencia.

No es importante cómo trabaja su cuerpo e incluso la energía, si la Conciencia no trabaja  ¡De qué sirve la energía si su cerebro no puede hacer nada con ella!  La perfección de la inteligencia es justamente el camino de los Conocimientos. No hay que confundir el camino del  Combatiente y  el camino del Mago con el camino del Conocimiento, en el que se encuentra constantemente  el laboratorio, aquel lugar desde donde se puede trabajar profundamente en algo y no hay nada para Ud. superior a ese laboratorio.

Perfeccionándose cada día en el camino del Conocimiento, también multiplicamos la experiencia de estar en ese camino. Como resultado encontramos el camino del conocimiento del Método. Para el hombre no hay nada superior que los conocimientos cuando este se encuentran  enmarcados dentro del Método.

El interés por la vida puede emerger sólo de las posibilidades de nuestra Conciencia, no de la existencia de la energía. La energía es necesaria para mantener la conciencia y para que luego la conciencia pueda transformar esa energía. Es un camino de logros muy largo y complejo. 

No debemos olvidar que frecuentemente no aprendemos a observar en la medida debida. ¿Qué significa observar? Es mantener algo en el tiempo. Por ejemplo, escuchando la música, no podemos mantener una parte de la música, y esto significa que no podemos introducirnos en la atención. La observación nos lleva a la atención, la atención a la concentración, y la concentración ya es una posibilidad de dirigir la fuerza, ya que podemos realmente distribuir las condiciones de nuestra existencia física, enérgica y mentalmente. Después de eso surge la posibilidad de concentrarnos, o sea profundizarnos en la atención consciente, ser más profundos y sutiles en el entendimiento, tanto de nuestra naturaleza, como de la naturaleza circundante, que recién después nos conduce a la percepción.

La percepción es lo que la gente frecuentemente llama visión. Para aquellas personas que tienen “visión”, no les significa nada en especial, ya que les falta la concentración y la atención profunda.

Esas visiones se transforman en cierta manera en un punto transitorio que dice cosas que muchas veces esas mismas personas no entienden. La concientización es ya un camino hacia la percepción más profunda del mundo. Es la prueba de que los conocimientos son superiores a nosotros mismos.

 Nuestra concientización contiene tanto la observación como a la atención y la concientización,  es decir la concentración. Todos estos estados se caracterizan por diferentes sentimientos. Cuando la persona observa y percibe, es un sentimiento, y cuando está atento y siente, es otro.

¿Qué significa estar “atento”?  Es un estado cuando la persona puede  apropiarse de un pensamiento. Una persona observadora no es capaz de apropiarse de un pensamiento, es capaz solamente de escuchar.

¿Para que enseñamos a la gente a observar?  Para que el hombre escuche. Si empieza a escuchar, entonces se le puede acercar algo, y si se le puede acercar algo, entonces puede prestar atención. Eso quiere decir que empieza a recibir un comienzo de Conocimientos, y no solo información.

Si el hombre no sabe escuchar, nunca podrá recibir Conocimientos. Una persona que no es observadora, está fuera de conocimientos, simplemente oye algo.

Aquellos, que adquieren de nosotros conocimientos, pueden ser solicitantes, pero no usuarios. No pueden  utilizar este conocimiento. Tenemos que prestar atención a  qué solicita el hombre, cómo y para qué. El hombre tiene que observar.

Antes, en una etapa determinada, tenía la posición de no contar nada a nadie, sino simplemente demostrar todo con mi ejemplo personal. Por ejemplo: llegar y lavar el piso,  mostrar personalmente cómo hay que practicar, cómo actuar ante los trabajos.  Pero una vez me di vuelta hacia la sala mirando a los practicantes y entendí que a nadie le interesaba esto. Así resulta que  el idioma de comunicación que elegí en ese momento, no era beneficioso ni para mí, ni para la gente. La gente no sabe observar, incluso no entiende por qué alguien actúa de esa manera, por eso es necesario enseñar a la gente a interactuar con el espacio.

Todos tenemos que aprender primero a respetar el espacio en el que nos estamos perfeccionando y recién después entendernos a nosotros mismos. El espacio no tiene una dimensión física, tiene dimensión energética y es muy importante entenderlo. Si no aprendemos a alinearnos nosotros en el espacio, nunca vamos a tener nuestro propio espacio.

15 febrero 2011

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