La Medida, una condición para la fusión con la percepción
No importa cuál es nuestra opinión a relación con alguna forma particular de desarrollo, la última siempre se basa en las leyes de la medida. Sólo la medida puede apoyar las leyes empíricas y por lo tanto ocultar las leyes de por qué uno da origen a otro. Cualquier fenómeno que estudiamos debe profundizar la comprensión, de lo contrario no será posible abrir la perspectiva. Sin abrir la perspectiva, no se puede ver el campo del desarrollo.
La mente debe estar capacitada no sólo para ver la barrera, sino también para comprender cómo superarla. Es decir, la mente debe tener un índice de “refracción”, que abre la posibilidad de conocer tanto el mundo, como y la participación de uno en la superación en primer lugar de sí mismo. Porque, al final, eso es lo que es importante para nosotros y no la simple participación en algún conocimiento.
Cualquier espacio está dotado de un vacío, de lo contrario, no será un espacio. El vacío está determinado por la forma y esta es su fuerza: el vacío no es un nada, es un valor físico. Sin embargo, incluso la comprensión de esto no es suficiente: es importante ser capaz de fusionarse con el objeto de la percepción y no estar fuera de él. Esto es importante para protegerse de lo inconsciente y admitirlo al mismo tiempo.
No podemos desarrollar el inconsciente, pero este es una condición que influye a la dirección, por lo que el juego del consciente con el inconsciente sólo se admite si tenemos los valores que permiten medir, vincular y comparar. Estas son las tres condiciones para la medida. No se puede aceptar nada, al no ser capaz de medirlo, no se puede hacer conexión, al no ser capaz de expresar las condiciones de la unión.
Toda la creación siempre tiene un esquema. La capacidad de penetrar en este esquema es una condición para el conocimiento de la creación. La creación no puede existir sin un esquema, ya que es una forma y esta forma no sólo presta lugar para la creación, sino también tiene sus propias leyes.
La creación es una concepción o una conversión. Se trata de un mecanismo que tiene sus propias medidas. Lo más importante es comprender que la creación no puede existir en los valores temporales, porque el tiempo no está dotado de espacio, a pesar del hecho que el tiempo puede describir el espacio. Es como un cuadrado, que puede describir un cubo, pero no es un volumen en sí. La generación y la transformación siempre suponen la presencia de la tensión, por lo tanto, cualquier cosa que tiene contenido tiene tensión y esta característica es de hecho lo que distingue las cosas que tienen contenido de las que no lo tienen. Entonces la medida es una condición del programa, que necesita una comprensión dimensional.
Si no está la comprensión dimensional, nos convertimos en parte de la conciencia común, colectiva, donde las partes desintegran nuestra unidad. Pero aquí es necesario mencionar que una conciencia colectiva configurada correctamente (lo que, por ejemplo representa el ritual) puede mejorar el laboratorio del pensamiento. O más correctamente dicho, puede mejorar la dirección del pensamiento. Cuando el cerebro no implementa la función de pensar, pierde la espiral. Lo más peligroso es dejarse engañar por las tareas racionales, que en su esencia son irracionales y sólo fisiológicamente son racionales. La separación de lo racional y lo irracional ya indica este entendimiento como erróneo. No se puede dar una explicación de lo irracional al no ser capaz de permanecer en la manera irracional de pensar. Y esto no es ni más ni menos que el esfuerzo de retención.
Pero, de hecho, una explicación racional no es menos condicional y puede variar incluso según los alimentos que ha ingerido la persona. ¿Cómo se puede pensar racionalmente, tomando por ejemplo alimentos que reducen la vibración de la conciencia? ¿Dónde estarán las evaluaciones irracionales cuando el cerebro ha caído al campo vibratorio propio para un perro? Sin embargo lo irracional es importante para nosotros, sobre todo, para ser capaces de proteger el cerebro de las posibles caídas funcionales.
Hay que proteger su cerebro y para esto hay que entender las herramientas. El cerebro es una medida precisa y se necesitan instrumentos precisos. En primer lugar debemos aprender a expulsar las percepciones que no pueden ser sujeto del conocimiento y la asimilación, que no permiten simplemente conectarse con ellos sin condiciones adicionales. Debemos enseñar al cerebro no desviarse y mantenerse en la tarea. Sólo en este caso se puede tener un resultado.
Ninguna situación debe pasar sin dejar rastro en la conciencia, debemos ser capaces de dirigirla y a partir de esto vamos a aprender a esquematizar la experiencia. La capacidad de resolver las situaciones es una oportunidad de acercarse al estado manifestado, privando el cerebro de la posibilidad de vivir fuera del control. No importa, si estamos pensando o deteniendo la conciencia, lo importante es que esto es un elemento de control. Es decir, debemos conocer el elemento de la fusión como con lo racional, tanto con lo irracional. En otras palabras, la fusión debe tener una medida, entonces será regular. La presencia de la regularidad nos acerca a la personalización.
Llegando a la personalización, nos liberamos no sólo de la naturaleza, sino también de la cultura e incluso de la historia. Y esto es muy importante. Llegamos a ser creadores para el espacio y no máquinas reproductoras de algunos procesos culturales o históricos, independientemente de su importancia y relevancia. Después de todo, al final, el que ha vencido a sí mismo, ha vencido también a la naturaleza. Y de hecho la historia y la cultura siempre han sido formadas por personajes y no por la comunidad de individuos semiconscientes portadores sólo de los signos externos del ser humano.
Preguntas y Respuestas
Por supuesto, uno no puede dar una explicación de lo irracional, pero siempre quise entender este hecho: abordando y tratando de encontrar al Creador, la gente siempre llega a los intermediarios de los creadores. Incluso a su extensa jerarquía. Está claro que el estado de la creatividad no está disponible para todo el mundo y exige un alto nivel de desarrollo, esfuerzo personal y transformación. Pero queda la cuestión del nivel de creatividad “arbitraria”. Y si la creación es simplemente un mecanismo de prácticamente “libre” acceso, surge la inevitable pregunta sobre las intenciones de los creadores. Y esto nos lleva al menos a dos (por supuesto, sin fundamento) conclusiones. O el espacio fue creado para ser un polígono de “juego” para la creación o los creadores son personificaciones del Creador mismo en sus diversas irracionales presentaciones e intenciones...
Los Mediadores de los creadores, esto lo acepto. Producen una sensación de paz gozosa. Pero, de hecho, un Hombre del Camino no tiene nada de ver con todos estos intermediarios, tampoco con los creadores, ya que para él es necesario hacer crecer su propio movimiento.
Siguiendo con el tema de la gratitud, es decir, devolver la energía equivalente a algo a alguien. Sin embargo, ¿habrá dentro de la persona algún “instrumento de medición” de la gratitud que debe dar a cambio de bienes, servicios, conocimientos? En mi opinión, debe haber uno. El sentido de la justicia. No la social, sino natural, este mismo sentido de la medida: ¿a quién, cuánto y para qué? Es que somos parte de este mundo donde funciona la ley del equilibrio. ¡Debemos tener esta balanza interior!
Sí, pero la gratitud no debe ser confundida con la responsabilidad. Después de todo, la gratitud prematura o inadecuada puede tener el efecto contrario. La gratitud es necesaria sobre todo para el quien la expresa. Sabe, una vez estaba observando el trabajo de un empleado archivista, cuya tarea consistía en cavar en carpetas, reportar sobre documentos, buscarlos, etc. En general, un trabajo no sólo rutinario, no creativo, pero también mal pagado. Sin embargo de él irradiaba tal satisfacción de lo que hace, realmente viviendo y disfrutando de la vida, que el tiempo perdido, por el trato que él introducía a la labor, de vez en cuando como si distrayéndose por todo y la espera para mí se convirtieron en una contemplación de su trabajo. Yo estaba agradecido por lo que él está haciendo en primer lugar para sí mismo. Nadie se quejó por la espera extra, ya que él introducía una comunicación adicional con todos los que entraban. Y al final le di las gracias por existir y exprese mi respeto por él. Lo más peligroso es entrar en una relación “yo a ti, tu a mí”. Todo lo que estamos haciendo, lo hacemos por nosotros mismos. Podremos hacer algo para otros, cuando ya hacemos por nosotros mismos lo suficiente para que alcance y para nosotros y para los demás. Debe ser capaz de hacerse crecer a sí mismo, esto será el agradecimiento más grande.
Resulta que la medida es el verdadero conocimiento para cual la lengua es una herramienta de expresión, el compás y la escuadra son las herramientas de conocimiento. ¿Podrá la persona ser el eje mismo que define la dirección? ¿Y qué significa la brújula, el círculo, como una forma de la perfección?
La dimensión debe entenderse por la conciencia. Ella es el verdadero ojo certero de la medida. Si la conciencia no está dotada de una escuadra será muy difícil medir cualquier cosa. Al no estar en la medida de los pensamientos y las acciones, estamos fuera de la concordancia de todas las acciones y esfuerzos.
¿Disolviéndose en un proceso, mental o físico, es esto la experiencia?
No, es la pérdida de sí mismo.
¿Es posible definir la dimensionalidad como un esfuerzo uniforme, que establece nuestra mente, donde el compás da una visión del movimiento en el espacio y la escuadra, la construcción del cuerpo como una figura geométrica, donde todo está muy claro y comprobado?
La dimensionalidad es un esfuerzo, que debe ser entendido mentalmente, pero expresado en términos de principios físicos o energéticos, que en cierto momento se fusionan.
01 febrero 2013
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